Muchas veces creemos una cosa que no existe. Nos ilusionamos con la idea de un amor perfecto o idílico.

Subir una foto romántica con tu pareja, no significa que no tengas diferencias, que no haya discusiones o puntos de vistas distintos.

Me ha pasado en varias ocasiones dónde me han dicho:

• ¿Cómo haces para no enfadarte con tu chico
• ¡Nunca discutís!
• Vosotros no sabéis lo que es no entenderte con tu pareja.

A veces, no sé qué contestar a esas preguntas. Debo admitir que es necesario tener unos mínimos en la pareja. Uno de ellos es el respeto. El amar a la persona con la que compartes tu vida, y no reírte de ella en público o ridiculizarla creo que son cosas básicas, así como la admiración. Desear estar con ella, valorar sus cualidades psíquicas y físicas. Sentir que es la persona con la que quieres pasar el resto de tu vida. Mirar a los ojos y encontrar sentido. Fluir como si la conocieras. Soñar juntos. Compartir.

Pero ¿quién dice que no hay momentos de desesperación? ¿De no saber hacia donde tirar? ¿De dudar?

A mi entender, no existe la pareja perfecta. Todos pasamos por risas y llantos, por enamoramientos y desenamoramientos. Por rutinas y cambios. Por gritos y peleas. No querer darnos cuenta de ello es vivir en un mundo infantil. No madurar. Darle demasiado sentido a la suerte. Es vivir en una película.

Cuando decides compartir tu vida con otra persona, aceptas sus virtudes y defectos. Su felicidad y tristeza. Compartes sus cualidades y sus diferencias. Las energías se mezclan. Tu karma y su karma se juntan. Y renacéis de nuevo como entidades decididas a vivir una nueva etapa. A veces, esa admiración y respeto continúan por largo tiempo. Otras, desaparece en breve.

La comunicación es la clave de todo, y aun así estoy tan a falta de ella. Cómo me gustaría ser capaz de hablar sin herir a la otra persona. Ser capaz de expresarme y mostrar mis insatisfacciones de una manera clara, sin dañar a mi pareja. Haciendo posible el cambio, la comunicación real. La transformación. Pero, a veces, me doy cuenta qué es tan complicado.

Y cuando intentas pedir ayuda, o mostrar tus inseguridades fuera de tu círculo cercano, es como si no te entendieran. Como decir que, esa visión idílica de pareja, no existe. Rompiendo en la mente de otras personas su ilusión, su esperanza de que una persona perfecta las está esperando.

Lo que está claro, que la suerte no influye en estas decisiones. Creo que las parejas se comprenden cuando trabajan juntas. Cuando tienen ganas de evolucionar. Cuando quieren cambiar a pesar de las dificultades que se encuentren. Y que eso puede durar toda la vida o puede desaparecer por el camino. Porque nos agotamos y nos cansamos. Porque puede que no encuentres la solución que quieres. Y no pasa nada por cambiar de camino. Porque lo más importante es seguir a tu corazón.